viernes, 20 de diciembre de 2013

Mortalidad y memoria: una lucha entre titanes

El ser humano quiere hacer oídos sordos a la mortalidad. Desde que nacemos, burlamos a la muerte; todo empieza cuando nos decidimos a dar nuestros primeros pasos, cuando esos pasos se convierten en zancadas de gigante que nos acercan al deseo de vivir para siempre. Las figuras de los antiguos deportistas griegos esculpidas en mármol son un ejemplo material de esta ansia humana; éstas, junto con manuscritos, fotografías, películas...desafían nuestro inevitable destino. 

La memoria es el arma para combatir el polvo y las cenizas en las que podemos llegar a convertirnos. Ésta sustenta los pilares de la historia de nuestra vida, cuyo material principal son los recuerdos. Al mismo tiempo, este arma tiene el poder de derribar nuestras experiencias más profundas para que formen parte del olvido. Esto es lo que se llama memoria selectiva; nuestro cerebro elimina de alguna manera aquellos recuerdos que no son importantes o que son demasiado tóxicos para nuestra conciencia. "Recordar todo sería tan terrible como no recordar nada", dijo un día William James.



La fecha de hoy nos recuerda que queda un poco más de una semana para que acabe este año. El día 31 de diciembre a las 24.00h cerraremos un capítulo titulado 2013. Si pasamos rápido las páginas podemos ver un montón de momentos como si fueran dispositivas. En algunas de ellas hay gente y sólo en algunas encontramos a personas, las que de verdad han hecho de este capítulo algo divertido e inolvidable.


Mi capítulo podría ocuparme muchas hojas, estar lleno de palabras, pies de página, paréntesis, exclamaciones y acotaciones; pero lo que abunda sin duda son las buenas personas, el esfuerzo, la constancia y el cariño de mi familia. También hay apartados llenos de crítica dedicados a la crisis moral y económica de mi país; a la impotencia que se siente como ciudadana de una España inundada por la corrupción y la desvergüenza de los que nos representan.

Como en todo momento de cambio, debemos pasar página. No obstante, esta vuelta de hoja no significa que debamos olvidar necesariamente lo que dejamos atrás. Es más, no es que no debamos hacerlo, es que es imposible para nosotros; el hecho de recordar los escenarios de nuestro pasado nos permite entender nuestro presente y hacernos una idea del futuro. Recordemos que no podemos vivir sin conciencia de lo que hemos vivido. En el momento en que lo olvidemos, nos convertiremos en víctimas inmediatas de esta lucha entre titanes.